Una vida al margen.

Diseño Editorial / Editorial / Estética / Literatura / Pipo & Astutto
12 octubre 2016

En ocasiones, una fuerza interior, un impulso irracional, nos lleva a tomar decisiones incomprensibles para el resto. A realizar actos sin mucha lógica. A vivir como si te fuera la vida en ello. Esta es la historia de nuestro antiguo colaborador Pánfilo Castaldi, el copy que nos ayudaba con los textos y redactaba los post de este journal. Nos abandonó hace un año para dedicarse exclusivamente a la literatura. Sus palabras exactas fueron: “La prostitución está considerada un delito y lo peor que puede hacer un hombre es delinquir contra sí mismo”. Pese a nuestros argumentos de qué vas a vivir, los libros no dan de comer, se marchó y no volvimos a saber nada de él hasta que nos llegó un sobre con el manuscrito de una novela: Speed 127. La perplejidad inicial dio paso al asombro. El libro era pura droga, tal como prometía. Era rapidez, belleza robada, poesía punk, crudeza, nihilismo, lucha. Decidimos que debíamos apostar por algo así. Porque ya estamos cansados de tantos mensajes optimistas, de los libros de autoayuda, de la homeopatía espiritual. Existen días horribles, las rupturas son dolorosas, hay tedio, rutina, rabia, envidia, soledad. Heridas que no se curan con una tirita motivacional. Pánfilo sublima esos momentos tan oscuros y los hace brillar como una moneda de plata en un vertedero. Se corta las venas con música de Leonard Cohen en una bañera repleta de Moët & Chandon. Trata a los lectores con inteligencia y deja que sean ellos quienes extraigan sus conclusiones en vez de proporcionarles un bálsamo sensiblero, esa pastilla cursi de la felicidad.

Para ser coherente con la filosofía de la novela, Pánfilo Castaldi decidió venderla a través de la Deepweb junto a medio gramo de una potente sustancia anfetamínica. Esto llamó la atención de varios medios. El semanal se puso en contacto con nosotros para poder localizarle y publicó este reportaje. A cambio, nos cedió las fotografías que no aparecieron en la edición impresa. Esta es la crónica visual de una vida escrita totalmente al margen.

¡Ah! Comprarlo es bastante difícil. Sólo puedes hacerlo contactando por mail o a través de la Deep Web en el black market de Alphabay en el apartado “otras referencias”. Si consigues acceder hasta allí, éste es el enlace .onion

 

 

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Playtime

Art / Branding / Diseño / Estética
20 marzo 2014

Una vez más, el Nómada Market, Feria de Diseño Independiente, vuelve a la carga. Nos encargaron la imagen de su edición más primaveral y nos pusimos manos a la obra. Después de un invierno duro, frío y agresivo, todos tenemos ganas de solete y hacer la fotosíntesis. Es tiempo de salir a la calle, de pasar días de feria sin más preocupaciones que disfrutar. Para representar esta idea utilizamos el concepto “Playtime” que da nombre a la edición. Tiempo de juegos para niños y mayores, porque no dejas de jugar cuando te haces viejo sino que te haces mayor cuando dejas de jugar. La imagen utilizada está basada en la obra de Philippe Halsman, fotógrafo conocido por los retratos de celebridades mediante la técnica “jump style” o “jumpology”. Con el retrato de la persona saltando, se consigue una imagen más real, más verdadera. «En un salto, la máscara se cae. La persona real se hace visible». Rocio, la modelo más saltarina, tiró de cama elástica y gracias al arte de Josito y la producción nomadística, captamos ese instante de felicidad sin prejuicios. Fueron cuatro horas de salto entre pétalos de rosa, confeti y burbujas para conseguir la imagen perfecta. Ya después en Alchemy, se hizo el retoque fotógrafico y ajuste de color para conseguir ese tono delicado. Para completar la composición y resaltar la espontaneidad del momento recurrimos al hand lettering y el rotulismo de Juanjez. Técnica caligráfica que exige el dominio del pincel y el conocimiento de la tipografía. Se integró texto e imagen y ¡voilá!, todo está listo para saltar. Saltar muy muy alto para quedarse siempre en las nubes.

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SEXUS

Estética / Literatura / Opinión
8 enero 2014

Escogí al azar uno de los volúmenes de la casa. Con una cubierta cutre y páginas amarillas, algo me dice que jamás había sido abierto. Es muy raro ver un libro prensado, regular, sin esquinas dobladas O_O. Nadie había tenido la indecencia de mancharlo ni subrayarlo. Y bueno; el libro no brillaba por fuera pero tenía un tesoro. Un tesoro difícil, seco, sucio y atormentado que con dos o tres pasadas y juegos de manos se convirtió en carne fresca, húmeda y llena de perfume. Como diría un travesti brasileño: Deliziiaaaaaa

Como aquí cabe de todo, pues también tiene cabida el SEXO. Así con mayúsculas y para que lo pille bien el bot de google. Henry Miller lo escribió cuando estaba en su mejor momento, después de haber pasado media vida como loser. Es una rara autobiografía, sorprende cómo alguien puede desnudarse tanto en tan pocas páginas. Vemos a un personaje amoral, traidor, frívolo… pero también a alguien cuyas ganas de vivir y sentir trascienden todos esos anticuados conceptos. Aquí os dejo algunas de las perlitas que he encontrado y con las que dejé marca. Me parecía injusto que Sexus no hubiese sido manoseado, paladeado y absorbido como si fuese la miel de la más rica de las colmenas, nena.

Llegará un día en que el arte de soñar estará al alcance de todos los hombres.

Estaba dispuesto a arrastrar las consecuencias que un acto puro siempre entraña.

Normalmente cuando lo presentaba a una mujer, se ponía parlanchín y hacía una especie de aleteo con sus alas invisibles.

Siempre piensas que vas a poner la última palabra en el registro con una amplia rúbrica; nunca piensas en el autómata que cierra las cuentas mientras duermes.

Es mucho mejor estar preocupado con ideas maravillosas que con la próxima comida, o el alquiler, o un par de zapatos nuevos.

Cuando cesa el dolor, la vida parece espléndida, aun sin dinero ni amigos ni ambiciones elevadas. Simplemente respirar con facilidad, caminar sin un espasmo o una punzada repentina. Entonces los cisnes son muy bellos.

Se limitó a mover la cabeza y encendió la sonrisa eléctrica.

Si hubiera que interrogar al Destino de ese modo, todo podría explicarse por lo que tuvimos para desayunar.

P.D: no hay transcripción de pasajes escabrosos. Si queréis chicha, a leerlo ;)

 

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Elogio de la sombra

Editorial / Estética / Opinión
14 febrero 2013

Hace ya muchos años, cuando me daba por hacer el místico, acudí a presenciar un curioso fenómeno en un pequeño pueblo de 18 habitantes en Burgos. Resulta que en la iglesia parroquial de San Juan de Ortega acontece, cada equinoccio, que un rayo de sol, a las 5 de la tarde, entra por un ventanuco colocado estratégicamente e ilumina el capitel de la Anunciación.

El capitel en si, no vale mucho, es una representación típica del Románico en plan ojos almendrados y figuras con perspectivas chungas con las manos el plan Chiquito, retorciéndose para adaptarse a la forma de la piedra, pero lo que realmente sorprende, es que una masa de gente acude 2 veces al año a ver tal fenómeno. Nos apelotonábamos ante el capitel, había codazos, susurros, murmullos y protestas. A las 4:58 las cámaras estaban listas para retratar a la estrella del momento. Da igual que fuese la anunciación, una oveja o una piña. El caso es que alguien pensó que ese detalle se seguría apreciando a lo largo de los años, e hizo que su mensaje durara, por más que el pueblo fuese pequeño y el capitel muy chungo. Y ahí está la magia del momento: un constructor, por sus santos cojones, había dirigido la luz y con ella a las personas. Y así, durante 2 minutos, todos nos callamos y cesaron los codazos, murmullos, protestas y chisteos. ¡Joder!, ¡Está amortizándose el renting de Dios!

Igual algunos os preguntáis a qué viene esta piedra. No sé, era un poco reflexión de estética, de luces y sombras. De cómo llamar la atención siendo discreto y elegante, con todo el flow.

Hablando de esto, hay un libro de Tanizaki, El elogio de la sombra, que viene a reivindicar la sombra, al contrario de nosotros los occidentales que nos buscamos el ático cegador y que tiene mucha parte de razón. “Nosotros los orientales creamos belleza haciendo nacer sombras en lugares que en sí mismos son insignificantes.” Vamos pues, a dejar de buscar el ideal de belleza e intentar crearla de lo más insignificante.

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